



José Luis se regresó a Argentina y su despedida se hizo en mi casa.
Lo que parecía ser una reunioncita, llegó a ser una pseudofiesta, es decir, se quedó entre las dos.
De los invitados, una mezcla inusual, pero buena. Me hubiera gustado salir de la cocina un poco para ver qué pasaba afuera, aunque, pensándolo bien, creo que estuve bien ahí.
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